Filipenses 4: 6-7 Será el pasaje bíblico en el que nos enfocaremos en esta ocasión, observe como comienza: “Por nada estéis afanosos…”
Todos nosotros enfrentamos angustias y preocupaciones a diario (eso es indiscutible), quizás algunos en este preciso momento estemos pasando por serias aflicciones de carácter económico, se aproxima el fin de mes y las cuentas por pagar siguen y siguen acumulándose... Algunos quizás estén enfrentando serios problemas relacionados con la familia, con sus padres, hijos o cónyuge, otros a lo mejor sea una enfermedad, un diagnóstico médico que ha hecho que la vida se le desmorone por completo... en fin, existen tantas cosas que pueden robarnos la paz y la tranquilidad hasta el punto de quitarnos el hambre o el sueño, y si ese es su caso en estos momentos quiero recordarle lo que Dios ha dicho en su palabra "por nada estéis afanosos", “por nada estén afligidos”.
¿Puede un creyente experimentar aflicciones?
– ¡Pues claro que sí! En ninguna parte de la Biblia Dios nos promete que si ponemos nuestra fe en Jesús (y nos convertimos en sus hijos) no experimentaremos problemas, al contrario, en ocasiones pareciera que mientras más nos acercamos a Dios más problemas se nos vienen encima (¿ha experimentado usted eso en su vida?). Pero a diferencia de los demás (que enfrentan las dificultades de la vida, solos, en sus propias fuerzas) nosotros contamos con un Padre amoroso que nos ama, que desea lo mejor para nosotros y que tiene todo el poder para ayudarnos en medio cualquier situación por muy difícil que parezca.
Sin perder Filipenses, deseo que busque conmigo lo que Jesús les dijo a sus discípulos sobre las aflicciones que les vendrían mientras caminaran en esta tierra:
Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Mientras estemos en la tierra vamos a experimentar aflicciones, sencillamente porque ¡aquí no es cielo! -¡Nunca vamos a poder estar cómodos en este mundo!, será en el cielo dónde no habrá más dolor ni llanto, donde Dios enjugará toda lagrima, pero le tengo una buena noticia: En medio de las aflicciones y angustias Cristo nos dio una promesa, él dijo “en el mundo van a tener aflicciones, pero Confíen, yo he vencido al mundo” y como él ha vencido al mundo, entonces tiene toda la autoridad de decirnos “Por nada estéis afanosos (afligidos)”.
Es curioso, ¿saben cuándo dijo Jesús estas cosas? – justo unas horas después de haber orado afligido al Padre, y unas horas antes de ser arrestado. En ese contexto les dice a sus discípulos y nos dice a nosotros “en el mundo tendréis aflicción, pero confíen en mi (crean en mí), Yo he vencido al mundo”.
-Volvamos a Filipenses.
¿Qué debemos hacer para no dejar que las angustias o problemas nos roben la paz?
4:6…sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Veamos el consejo que Pablo nos da:
Debemos presentar nuestras peticiones y angustias a Dios.
-Cuéntele sus problemas a Dios no a sus amigos/as. Dios desea que al primero que acudamos sea a él no a nadie más. ¿Quién es la primera persona que se entera de sus problemas? ¿Sus amigos, sus vecinos, sus amigos que no conocen a Dios? -Lo mucho que podrán hacer nuestros amigos es escucharnos (y si son cristianos orar por nosotros), pero de lo contrario lo que pueden hacer es divulgar nuestros problemas con los demás (o publicarlos en las redes sociales).
Quizás usted se haga esta pregunta: ¿Si Dios es Omnisciente, entonces porque tengo que contarle a él lo que me pasa? –Sencillo, porque Dios quiere que dependamos de él, que le busquemos (que seamos insistentes, inoportunos en oración). Dios simplemente quiere que reconozcamos que le necesitamos.
Aún el mismo Señor Jesús, siendo Dios (hecho hombre) nos dejó el ejemplo de la dependencia que tenia de su Padre. ¿Qué hacía Jesús todas las mañanas? Oraba. ¿Qué hizo Jesús la noche antes de ser entregado?- Oraba.
-La oración es un reflejo de nuestra dependencia de Dios. Muchos de nosotros estamos pasando por situaciones difíciles en las que sabemos que sólo Dios puede ayudarnos, pero lo último que hacemos es orar, muchas veces los problemas que nos hacen sentir impotentes son los lazos de amor que Dios usa para acercarnos nuevamente a él.
¿Cómo debemos presentar nuestras peticiones delante de Dios Según Filipenses 4:6?
Cuando presentemos a Dios nuestras angustias, nuestros problemas o nuestras peticiones debemos hacerlo con Toda oración y ruego.
¿Todos sabemos que es la oración?- Es hablar con Dios, pero Pablo menciona otro nivel de oración al que nosotros a veces no llegamos, es “El ruego”. Aquí Pablo no está hablando de las oraciones antes de comer, de los 2 minutos que oramos antes de acostarnos (si es que oramos), está hablando de un nivel más profundo: “El ruego”. ¿Quién ruega?- el que está necesitado, el que sabe que no tiene a donde más acudir, el que ha dejado de lado el orgullo y su autosuficiencia y reconoce que necesita de Dios.
"Dios es digno de que le roguemos, que nos postremos delante él".
Pablo menciona un elemento más que deben incluir en nuestras oraciones: “Acciones de gracias”. El orar con acciones de gracias expresa nuestra confianza en que Dios nos escucha y que él contestará nuestras peticiones.
¿Cuántos de nosotros oramos y no incluimos acciones de gracias en nuestras oraciones? Generalmente nos enfocamos sólo en pedir y olvidamos de agradecerle a Dios por la respuesta que (por fe) él nos va a dar (a su tiempo). Cuando usted agradece por anticipado, prácticamente está comprometiendo a la otra persona a que le conteste de manera favorable, y en nuestra relación con Dios eso es una demostración de nuestra fe.
¿Qué va a pasar cuando cambiemos nuestras preocupaciones en oraciones?
Filipenses 4:7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
¿Qué es la paz de Dios? Es diferente a la paz con Dios que se obtiene cuando depositamos nuestra confianza en Jesús y en su sacrificio en la cruz como el pago perfecto por nuestros pecados (pasados, presentes y futuros), una vez que hemos creído en Jesús, dejamos de ser enemigos de Dios y tenemos paz para con él. La paz de Dios es la confianza en nuestros corazones de que Dios tiene el control de todo, aunque estemos tristes, aunque estemos sufriendo o aunque no lo entendamos, nada en este mundo pasa sin que Dios esté al tanto y lo permita.
Cuando he expuesto delante de Dios mis cargas y creo en mi corazón que él es más grande y más poderoso que cualquier problema, su paz llena mi vida y guarda “mi corazón y mis pensamientos”. La paz de Dios es la que hace que nuestra barca se mantenga a flote aunque la tempestad de la vida sea muy grande.
La Biblia Lenguaje Sencillo dice:
7 Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo
Termino con esto:
Efesios 3:20-21 20Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
¡En lugar de permitir que las aflicciones de la vida roben nuestra tranquilidad, aprendamos a cambiar cada una de ellas en oraciones, en súplicas delante de nuestro bondadoso Dios, y su paz llenará nuestro corazón y guardará nuestros pensamientos!